lunes, 29 de abril de 2013

40 años de pan y circo (camino de derrotas)


Derrocado el gobierno kerenquista y nacionalista pequeño burgués de izquierda, del compañero socialdemócrata, Salvador Allende, por el golpe militar en Chile de 1973, apoyado por el imperialismo norteamericano, los sediciosos una vez en el poder inician rápidamente, una serie cambios que transformarán el maquillaje de esta sub-desarrollada faja de tierra. Las fronteras económicas, desde entonces, se abrirán de manera absoluta hacia el capital extranjero, propiciando con ello el fin de la industria nacional y el inicio de las privatizaciones, entre otra serie de medidas que traerá importantes repercusiones. La instauración del modelo neo-liberal de mercado, el cual nos conferirá nuevamente, status quo de neo-colonia,  será una realidad social y política, que gozará de buena salud, sin contrapeso, ni mayor cuestionamiento en la actualidad.

Terminada la dictadura, tras 17 años de gobierno militar, el pueblo chileno disfrutará de una aparente libertad,  al ritmo de: “Chile la alegría ya viene”.  La conducción de la dicta-blanda, disfrazada de seudo-democracia, quedará en manos de la derecha concertacionista y aliancista. Ellos seguirán religiosamente y de forma obediente las recetas del fondo monetario internacional, como buenos y aplicados alumnos.

Las viejas generaciones, las anteriores antes del golpe, y las nuevas, post dictadura, observarán impávidas el desarrollo de los acontecimientos. Unos tendrá, los primeros, el recuerdo de cómo era vivir en una democracia burguesa y posteriormente acusarán los golpes y los horrores de las torturas, asesinatos y desapariciones, los segundos, sólo prestarán oídos  y dejarán sobornar sus conciencias, a favor del individualismo y una ética clasista. Lo anterior será gracias a las constantes cortinas de humo o distractivos que recrearán una aparente realidad, gracias a la sociedad de espectáculos.

Su cultura sólo reconocerá la existencia de una sola estructura, por lo tanto los cambios generados por la contrarrevolución económica, serán naturalizados y propagados como el fin de la historia, a más no poder. Pues al no  conocerse otra posibilidad, lo que queda o lo único que se conoce, concurrirá la alternativa a seguir. Pues hay que recordar, que la lógica de quien detenta el poder, dicta que: Para las otras vertientes o caminos posibles de cambios, pero que no es conveniente mencionar, para no abrir conciencias, lo mejor será enterrarlo como un mal recuerdo para la clase dominante.

 A diferencia Chile, en los otros países de Latino-América, que independientes de los golpes de estado dados en sus territorios, los cambios que se intentaron o han intentado  aplicar, después del término de las dicta-gorilas, encontraran gran resistencia por parte de la población. Ello debido a que para los nativos, tanto para las nuevas y antiguas generaciones, será entonces natural crecer con los privilegios ganados pulso y esfuerzo de muchas movilizaciones en las calles.

La orfandad o ausencia de alternativas  de poder, frente al sistema capitalista,  que dispute la dirección del movimientos de masas e inicie la transformaciones radicales que necesita el país,  dará paso a que los neo-reformistas del P.C-boys (pata izquierda de la derecha concertacionista) sean re posicionados  por los medios de comunicación, cómo la gran alternativa que tiene el pueblo en caso de una futura crisis del sistema. 

Al margen de lo anterior, el surgimiento de otras grupos pequeños burgueses, o grupúsculos, como se decía en las martes de Merino (Almirante de la junta militar golpista, del 73) no son opciones para el pueblo. Pues caen en los marcos de la institucionalidad burguesa, porque sus programas repiten con matices más, matices menos, la idea básica de protección propiedad privada, base material del poder de la burguesía capitalista. Estos son en realidad, opciones, pero por la vereda de la derecha, sobre todo para las elecciones que se avecinan.

 Han existido movilizaciones sociales, como lo sucedido con el cierre de las minas del carbón de Lota, así como también lo sucedido con la revolución pingüina,  junto a las movilizaciones de los estudiantes, pescadores artesanales, entre otros sectores sociales. Sin embargo, no ha sido todavía impedimento para que los comensales del sistema sigan llenándose cada vez  los bolsillos a costa de pobres del campo y la ciudad, que cada día son más pobres.

La carencia de una dirección política rebelde, es un lastre de muchos años, que debe resolverse lo más pronto posible. Ahora es cuando existen mayor libertad que en dictadura, para ayudar  organizar al pueblo, pero que tiene como contradicción una mayor des- concientización política  y des-politización por parte de importantes sectores de masas.


Vicente Azcárraga.

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